El stress y la locura en la que vivimos cada día nos hacen poner toda la atención en las cosas urgentes, actuar reactivamente para atender a lo que va surgiendo, y así nos olvidamos de lo importante.
Necesitamos parar un poco, darnos tiempo. Nuestro cerebro también necesita un respiro. Y mucho mejor si ejercitamos para fortalecer su funcionamiento y su salud.
Acá, en la tribu, sabemos que es importante entrenar para que las acciones saludables se conviertan en hábitos. Y descubrimos que hay algunos detalles de la vida cotidiana, que si los incorporamos a nuestra rutina, podrían ser claves para contrarrestar los malos efectos del stress.
Veamos estas recomendaciones:
- Date permiso para hacer pequeñas pausas, y descansar. En lugar de mantener la atención por largas horas de corrido, si hacemos micro-cortes cada media hora podemos lograr un rendimiento más alto y casi constante.
- Acordate de respirar. Tomar conciencia de cómo respiramos ayuda a tomar la suficiente cantidad de oxígeno. En esas pausas cada media hora podrías aprovechar para cerrar los ojos, hacer una inhalación profunda en 4 tiempos y soltar el aire en 4 tiempos.
- Que la conexión sea por bloques, no constante. Limitar el uso del correo electrónico, el celular y las redes sociales, a ciertos momentos del día. Podrías probar de esperar al menos 2 horas a la mañana, antes de chequear el mail, y así empezar tu día con lo importante.
- Agrupar tareas parecidas. Así optimizás tu concentración y atención.
- Menos es más. Hacé menos. Estar todo el día haciendo mil cosas no es sinónimo de ser productiva.
- Eso que tenés que hacer, hacelo ya. Por favor alejate de la procrastinación. Dilatar las cosas no tiene ningún beneficio. Sacátelo de encima y liberá espacio en tu mente.
- Prestale atención a los tuyos. Cuando estás conectada personalmente con tus amigos, familia o con vos misma, apagá el celu y la compu. Está demostrado que no podemos desconectar (léase relajar, descansar, idear, soñar) mientras seguimos conectadas (vía algún dispositivo).
- Al menos 10 minutos por día para la actividad contemplativa (meditar, rezar, mindfulness). Son sólo 10 minutos y miles de beneficios. Si sola te cuesta mucho, anotate para hacerlo en grupo. La tecnología puede ayudar. Hay muchas apps que te ayudan mediante una guía para que puedas hacer tus ejercicios de meditación, respiración o mindfulness.
Es simple. Podemos reemplazar ciertos hábitos mentales, por otros. Según diversos estudios que se han realizado para analizar el funcionamiento del cerebro, nos enteramos que estos hábitos pueden fortalecer los circuitos cerebrales responsables de mantener la concentración, el autocontrol y la generación de empatía.
¿Cómo lo ves? ¿Te parece que será viable incorporar estas conductas en tu vida cotidiana?
Seguimos charlando…
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