La fortaleza emocional es la que nos permite enfrentar las dificultades, no tener miedo al fracaso, asumir riesgos, bancarnos la incertidumbre cada vez que tomamos una decisión, y tener el temperamento para conducir nuestro emprendimiento.
En varias oportunidades, charlando con algunas mujeres -como vos, como nosotras- que crearon y llevan adelante sus propias empresas y proyectos, se me ocurrió preguntarles qué aspectos de su personalidad creen ellas que favorecieron a su desarrollo y éxito profesional.
Rara vez dicen que fueron sus conocimientos técnicos, ni mencionan sus habilidades para vender, ni su experiencia o saberes específicos en el rubro (que sin dudas los tienen y por supuesto son una base fundamental desde donde arrancaron).
Más bien, lo que destacan es su espíritu emprendedor, entusiasmo, pasión, motivación y temple. Hablan de su fortaleza emocional en otras palabras.
Nosotras celebramos este reconocimiento de lo emocional en el ámbito de los negocios. Es que durante siglos se suponía que cuanto más pudiera una persona controlar, dominar y someter sus propias emociones, más inteligente, lúcida y brillante sería. ¡Cuack! ¿Te suena algo de esto?
Por estos pagos preferimos movernos cada día desde la idea de que el ser humano se compone de
RAZÓN + EMOCIÓN
Ya que la forma de sentir y expresar nuestras emociones determina nuestra calidad de vida y nos constituye en el ser que somos.
Desde Motivacional siempre proponemos estar atentas a nuestras emociones, que busquemos la manera de hacerlas funcionales a nuestros proyectos, lo decimos en cada artículo de este blog, en cada curso y en cada frase que elegimos para compartir en las redes sociales.
En esta danza entre pensamientos y sentimientos, nuestra racionalidad cumple un rol central en el entendimiento y en la guía de nuestras emociones, y éstas a su vez participan activamente en nuestras elaboraciones racionales.
No se trata de dominar las emociones o imponer la razón al sentimiento, sino de poner en contacto mente y corazón, y vivir con un alto nivel de conciencia y equilibrio entre ambos componentes de la conducta humana.
La clave para desarrollar la fortaleza emocional
Para desarrollar nuestra fortaleza emocional hay una clave: hacernos cargo de nuestras emociones, y de lo que sentimos, sin buscar culpables entre la gente que nos rodea.
Muchas veces decimos y escuchamos…
«me hacés poner triste»
«no me hagas enojar!»
«mi jefe me pone nerviosa»
«ese tipo me altera cada vez que viene»
En estas frases vemos que quien las dice tiene la convicción de que sus emociones son provocadas por otros, que todo lo que siente surge como una consecuencia inevitable de las acciones o actitudes de otros, y por lo tanto no asume ninguna responsabilidad sobre lo que le pasa.
Si, en cambio, somos conscientes de que todo lo que sentimos y cómo reaccionamos surge de adentro nuestro, podremos actuar haciéndonos cargo completamente.
Es decir, nuestras emociones están conectadas con nuestros pensamientos, y es lo que nosotras pensamos e interpretamos sobre las cosas que pasan, lo que nos dispara determinadas emociones. Si quiero reaccionar de una manera diferente, tengo que cambiar mis pensamientos, mis creencias (al menos me las tendría que cuestionar).
El poder para ver las cosas de otra manera, está adentro nuestro.
En los mismos ejemplos anteriores, una persona que actúa haciéndose cargo diría…
«cuando te escucho decir eso siento tristeza»
«cada vez que hacés esto, siento un gran enojo porque…»
«me pongo nerviosa cuando mi jefe me corrige porque estoy insegura de mis capacidades»
Únicamente desde esta posición de responsabilidad de nuestras propias emociones desarrollamos nuestro poder personal para que nuestros estados de ánimo no nos dominen.

Fuente de la imagen: https://www.pinterest.com/pin/62417144811733908/
Te propongo que te escuches con atención, que registres las palabras que decís. También date espacio para vibrar tus emociones, reconocelas.
Dejo la puerta abierta para que sigamos charlando sobre cómo desarrollamos nuestra fortaleza emocional…
¡Hasta la próxima!
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