A veces soñamos despiertas con largar el laburo, tener una actividad independiente, ser dueñas de nuestro tiempo, no tener un jefe, ganar la plata que queremos… y si somos de las “osadas”, ¡nos lanzamos!
En otros casos, las circunstancias nos llevan a intentarlo, quizás porque cerró la empresa donde trabajábamos o porque hubo una reestructuración o tal vez me dediqué los últimos años a trabajar en casa, de esposa y madre, y ahora quiero volver al ruedo.
Y sí, es que a veces, ¡soñamos despiertas!
Pero, podría pasar que la magia y la ilusión no sean suficientes…
Entonces… ¿qué hacer?!
Si estás soñando despierta con tu emprendimiento nosotras creemos que es necesario y fundamental para arrancar con el pié derecho que hagas un análisis a conciencia de tus propias limitaciones y que busques reconocer profundamente las capacidades y habilidades que tenés.
Tal vez te preguntás: “En concreto, ¿a qué llamamos “limitaciones”?”
Una limitación aparece siempre en relación a algo que queremos hacer y no sabemos cómo hacerlo.
En este territorio, un gran número de mujeres valientes tienen su propio emprendimiento. Hay quienes tienen su proyecto en estado embrionario y que todavía solamente es un sueño. Hay quienes están en pleno lanzamiento y otras que empezaron a dar sus primeros pasos este año. También hay casos de emprendedoras super instaladas y en actividad. Las conocemos y estamos en contacto cercano cuando se enfrentan con alguna dificultad.
En cualquier estado que te encuentres vas a encontrar desafíos y la necesidad de fortalecer tus habilidades así como superar limitaciones. Pero, ¡se puede y de eso se trata esto de ser emprendedora!
A grandes rasgos, desde nuestra experiencia y analizando las situaciones cotidianas que tenemos al atender a nuestros clientes y desarrollar las tareas de cada día, podemos asegurar que las habilidades mínimas necesarias son:
- comunicación oral y escrita, vía teléfono y Skype, mails, notas formales, SMS
- capacidad de escucha activa, tanto cuando el otro habla como cuando escribe
- capacidad para interpretar consignas, instrucciones, requerimientos, deseos
- ser amiga de la tecnología, no nerd, pero sí bastante amiga…
- tener disposición a aprender, ¡todo el tiempo!
- saber hacer algo -y tener muy claro y definido qué es ese algo 😉
- cultivar una mentalidad emprendedora y empresarial
- invertir en vos y en tu negocio (tiempo, energía, plata)
- asumir responsabilidades
En una rápida evaluación de esta lista, seguramente estás de acuerdo en que todas estas habilidades están latentes en cada una de nosotras. Nada de esto implica tener que ser una científica nuclear… todo todo lo que te falte, lo podés aprender.
Y vos, ¿te tomaste algún tiempito para pensar en esto? ¿Tenés en mente algún plan para ir desarrollando e incorporando las habilidades que necesitás? ¿Qué te provocan las limitaciones? ¿Qué te dispara lo abordado en el artículo?
Dejanos tu comentario acá abajo y sigamos debatiendo este tema fundamental para las muchas mujeres emprendedoras de nuestra tribu (y para las que sueñan y todavía no saben si se quieren despertar…)
Deja una respuesta