Por: Amalia Vilanova
Existen dos características comunes a casi todas las personas exitosas: el entusiasmo y la autoconfianza.
Tener autoconfianza es primordialmente creer en uno mismo y tener una gran capacidad para superar los problemas e imprevistos.
El entusiasmo es el combustible natural de la determinación.
Algunas nos habremos cruzados con personas muy capaces en sus profesiones o en las actividades que realizan pero que no demuestran entusiasmo en lo que hacen. Es casi un hecho que no llegarán a ser exitosas.
Por el contrario también nos habremos cruzados con aquellas que quizá no tienen una formación académica pero que ponen tanto entusiasmo en sus tareas que vencen los obstáculos que se les pueden presentar, ascienden en sus trabajos o carreras y llegan a la meta que se propusieron.
Esas personas tienen autoconfianza, creen en lo que hacen y demuestran diariamente su entusiasmo.
El entusiasmo es un factor determinante para nuestras conquistas. Mientras la autoconfianza nos da seguridad, el entusiasmo nos impulsa a ir para adelante casi obstinadamente.
Las dificultades que nos presenta el día a día muchas veces nos hace retroceder en nuestros objetivos, nos hace replantearnos si estamos en el camino correcto y decae nuestro entusiasmo.
Esto nos va a ocurrir siempre. ¡La vida está llena de imprevistos! Es ahí donde debemos tratar de evaluar que contratiempos se nos pueden presentar, que dificultad deberemos vencer para no apartarnos de la meta a la que queremos llegar.
Tengamos entusiasmo al emprender algo. La decisión implica trabajo, sacrificios y costos, dejar cosas a cambio de apostar a un nuevo proyecto.
El entusiasmo es contagioso, nos ayuda a resolver los problemas de una manera más rápida y hace que sigamos creyendo en que es posible llegar a la meta propuesta!
Sobre el autor: Amalia Vilanova es Asistente Virtual certificada y Directora de Assist-VirtualNet.com
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